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La Torre de la Casa Ouría (Marentes) |
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Iglesia de María Magdalena (Marentes) |
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Embalse en el río Ibias, a lo lejos (Marentes) |
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Embalse en el río Ibias |
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Pico Cuias de 950 m. altitud |
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Casa de Ouría (Marentes) construida hacia el siglo XV |
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Parrales cubriendo el camino real |
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Camino real |
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Uvas 2010 |
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La iglesia al fondo |
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Tejado de pizarra típico de la zona |
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Detalle patio interior |
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Detalle patio interior |
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Muros cubiertos de hiedra |
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Rosal antiguo muy fragante |
Ibias concejo situado en el extremo suroccidental del Principado de Asturias ocupa una extensión territorial de 331 km2.Su relieve se caracteriza al Norte y al Este por la existencia de grandes lomas de cumbre redondeada, chaos o campas. Al sudeste la topografía es muy accidentada, con alturas que sobrepasan los 1.500 metros, lo que le confiere a Ibias un paisaje espectacular. En su territorio se encuentra una gran parte de la reserva de Muniellos. (La Reserva Biológica de Muniellos, declarada por la UNESCO en noviembre del 2000. Información obtenida en la página web Concejo de Ibias.

Historia de amor en Ibias. Ocurrió durante la guerra carlista. En aquella época, Ibias fue escenario parcial de una de las más bellas historias, con trazos legendarios, de amor y guerra, de Asturias. Se trata de la aventura de el guerrillero Quintana apodado el Asturiano y su joven esposa Cristina, que operaron largo tiempo en este territorio. Quintana era un joven estudiante que había tenido amores co la hija de un brigadier liberal de guarnición en Valladolid, la cual era muchacha muy bella. El padre se oponía tenazmente a esas relaciones. La joven fue encerrada en un convento del cual huyó para unirse con el guerrillero, con el que contrajo matrimonio en una ermita de Ibias. Cabalgó al lado de su marido, trabuco al arzón, como una verdadera amazona. Los bosques y frondosidades de Ibias constituyeron un magnifico escenario para esta aventura amorosa y bélica. Un poeta, posterior a esos sucesos, la cantó en un sentido romance.
¡Ay, que guapa va Cristina
montada en caballo bayo!,
corriendo el valle de Ibias
hasta el monte de Tablado,
lleva una rosa en la boca,
Y un pañizuelo en la mano
boina blanca en la cabeza,
y en la cintura un rosario.
Sus manos curan heridas
y dan consuelo sus labios
que van rezando oraciones
y animando a los soldados.
Amazona de las cumbres,
angel blanco de Don Carlos
¡Ay que guapa va Cristina
la mujer del Asturiano.
GARCÍA LINARES, Antón & Julio Antonio FERNÁNDEZ LAMUÑO (1970): "Ibias", en SILVERIO CAÑADA (Ed.): Gran Enciclopedia Asturiana, Gijón, pp. 173-182.